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Fatiga Crónica
Un Mal Provocado

Por Rocío Yáñez

“Me duele hace días, pero ya se me va a pasar” es la típica frase que utilizamos cuando sentimos un malestar diario, que intentamos aliviar con anti-inflamatorios o reposos esporádicos que tomamos sin receta médica y que dejamos apenas nos sentimos bien.

Pero si el cuerpo habla y es callado, entonces ¡grita!. Es ahí cuando se presenta una fatiga crónica, que se produce por un exceso de carga a nuestra capacidad de aguantarla, la que es llamada cargabilidad.

Las fatigas crónicas son aquellas "caracterizadas por un inicio lento e insidioso, que implica un aumento gradual del daño estructural" (AAFP. 1992).
Éstas no dependen de un único episodio traumático, sino que se desarrollan progresivamente con movimientos continuos.

Se debe tener en cuenta que las cargas a las que nos referimos no sólo hablan de fuerza o energía puesta en un trabajo físico, sino que también de la carga psíquica y estrés a los que nos sometemos diariamente sobre exigiendo a nuestro cuerpo.

Es por esto que es fundamental saber la cargabilidad a la que podemos ser sometidos, conocer nuestro cuerpo, cuidarlo y ayudarlo con una buena alimentación y horas de descanso necesarias.

La cargabilidad se refiere a la capacidad de un tejido de soportar la acción de una carga, entiéndase en términos tanto mecánicos como de reparación en los músculos y del sistema nervioso.

En el caso del estrés, no tiene un origen conocido y no encuentra alivio con el reposo y deteriora las actividades normales de la persona, manifestándose con las siguientes características durante 6 meses como mínimo:

1) pérdida de la memoria de corto plazo
2) una grave incapacidad para concentrarse
3) mal de la garganta
4) ganglios linfáticos hinchados en el cuello o en las axilas
5) dolor en varias articulaciones
6) dificultad para reposar
7) fatiga que dura más de un día después de realizar cualquier esfuerzo físico o mental.

Fuente: http://aupec.univalle.edu.co/informes/mayo98/fatigas.html